Profesora Elvia Villafranca
Coordinadora de Educación de Éxodo, A.C.
Es propicio iniciar con una definición de educación, la cual consiste en un proceso de trasmisión de conocimientos, normas, patrones de comportamientos, valores y costumbres para que la persona logre sus objetivos propuestos y al mismo tiempo la cultura siga existiendo. Llama la atención, la parte que se refiere a patrones de comportamientos, para mantener la continuidad de la cultura…, será acaso que es tiempo de revisar los patrones de comportamiento y sus consecuencias, en especial los relacionados a las distintas formas de la violencia basada en género (VBG).
Por patrones de comportamiento se puede entender que son modelos de conductas, normas, hábitos y costumbres que son aceptadas, compartidas y las personas mayores esperan que se cumplan por las generaciones más jóvenes, otra idea de patrones de comportamiento, es la referida al cumplimiento de normas que dirigen el comportamiento de las personas, por ejemplo, en relación con la familia, el trabajo, tradiciones y costumbres, entre otros aspectos. Es bueno destacar que los patrones culturales desempeñan un papel importante para establecer los límites de comportamiento de un grupo humano en relación con otros grupos.
Observemos que en las definiciones anteriores están presentes los términos normas, costumbres, hábitos y creencias, vamos a revisar cada uno de ellos en relación con el terrible problema de la VBG. Normas, se puede entender como indicaciones previamente establecidas por la sociedad y/o grupo social para el desarrollo de la convivencia social, por su parte costumbre, son maneras de hacer distintas actividades, las mismas tienen vigencia desde hace largo tiempo, y tienen la aprobación social, por ejemplo la manera de vestirse tanto hombre como mujer, de criar a los hijos e hijas, y de distribuir el trabajo del hogar, respecto al hábito, se considera que son acciones y maneras de comportamiento aprendidos con el tiempo, no se nace con hábitos, es el proceso de la continua repetición, que de manera involuntaria la persona realiza sin percatarse de ello, también es conveniente agregar que el hábito tiene gran importancia en el aprendizaje de las personas.
Respecto a la influencia que los patrones culturales ejercen en el comportamiento de las personas, es pertinente recordar conversaciones familiares, en las cuales las personas adultas resaltaban a las adolescentes y mujeres jóvenes de la familia, que ellas tenían que aguantar la violencia de su pareja, porque así lo hizo su mamá y también su abuela, que lo importante es tener un hombre que la represente, bueno y así por el estilo en otros ámbitos de la vida, costumbres estas que no dan lugar a cambios cualitativos de comportamientos, en donde se practique la igualdad de derechos, de allí la necesidad de revisar, estudiar, investigar y proponer cambios en los patrones de comportamiento, que si bien es cierto ayudan a mantener la cultura, también es cierto que hay formas culturales que no se corresponden con las nuevas legislaciones, con los derechos humanos y con la evolución de las necesidades humanas.
Retomando los patrones culturales, y por supuesto las normas, costumbres y hábitos presentes en la sociedad, es fundamental resaltar, que el niño, niña al nacer y durante el proceso de socialización, los va aprendiendo, primero por imitación, viendo el comportamiento de los padres, madres, hermanos, tíos/as y amigos/as, entre otros, y luego, ya por decisión propia, repite los patrones de comportamiento, en el caso de una sociedad con tradición patriarcal, machista, estos patrones se basan en la desigualdad de género, donde la mujer es considerada un ser inferior, especie de una mercancía que existe para beneficio del hombre y que el trato hacia ella se caracteriza por la violencia, en sus distintos tipos, en especial la psicológica y la física.
Entendiendo que el primer lugar donde se aprenden los patrones de comportamiento es el hogar, es fundamental educar a los hijos e hijas en la IGUALDAD DE GÉNERO. Padres, madres, y demás responsables de la crianza de los niños y niñas deben estar formados/as en la Educación en igualdad, deben poseer las herramientas cognitivas necesarias, especialmente en lo referido a los derechos humanos por igual para ambos géneros, se expresa desde pequeñas acciones, como la participación igualitaria en las tareas del hogar, las expresiones de afecto, y la distribución de beneficios económicos, recreacionales, laborales y patrimoniales, todo ello, en igualdad de condiciones.
Es necesario que la educación en la igualdad de género, se inicie desde tempranas edades, cumpliendo y respetando los derechos humanos tanto de la niña como del niño, de esta forma ambos géneros se respetarán y se asignarán el valor, la dignidad que como PERSONAS le corresponde en la sociedad.
Pero ¿qué acciones pueden contribuir a la igualdad de género? desde el hogar y desde tempranas edades, pueden contribuir a desarrollar en niños y niñas la educación en igualdad de género, las siguientes acciones:
- Compartir las actividades domésticas: es recomendable, distribuir de manera equitativa las tareas del hogar, sin poner en peligro la integridad de niñas y niños, todo ello de acuerdo con las edades y tareas que no requieran de mayor complejidad, evitando siempre el uso de condiciones y sustancias peligrosas, la idea es educarles en la igualdad de género, que desde pequeños/as vayan entendiendo que las tareas del hogar son responsabilidad de todas las personas, esto debe hacerse bajo las orientaciones de los/as adultos/as y considerando siempre dejarles tiempo para el estudio, el descanso y la recreación, que también forman parte de sus derechos humanos.
- Reforzar la autoestima y el empoderamiento de las niñas: es fundamental recordar que la imitación al comportamiento, expresiones, gestos y actitudes en general de los/as adultos/as, son realizadas por niñas y niños, de allí es muy importante, que en especial los hombres tengan cuidado con las expresiones que utilizan para referirse a las mujeres y cuál es el trato que brindan a las niñas dentro del hogar. Algunas acciones para reforzar la confianza y el empoderamiento de las niñas son por ejemplo realizar dinámicas y/o juegos en donde las niñas tengan la oportunidad de desarrollar su capacidad de liderazgo y confianza en sí misma, deportes adecuados a su edad para el desarrollo de la fuerza física, juegos armando carros, oportunidad para aprender oficios normalmente masculinos, la idea es brindarles oportunidades a las niñas para que desarrollen todo su potencial en distintas áreas, acciones como estas les harán comprender que no son indefensas, débiles y les brindarán confianza en sí mismas.
- Cambios en el comportamiento de adultas y adultos, en especial en las relaciones familiares, evitar expresiones de discriminación entre los géneros, como por ejemplo expresar los hombres son valientes, las mujeres son débiles, se debe trabajar para construir nuevas formas de masculinidades, en las cuales, al hombre, le esté permitido expresar sus sentimientos, las emociones de llanto, dolor entre otras.
La crianza de los hijos e hijas es una tarea bien compleja, pero sí entendemos que niñas y niños son personas en desarrollo, con derechos humanos, entonces, gran parte de la tarea ya está ganada, educarse en la igualdad de género es una prioridad para la sana convivencia social, a su vez estos niños y niñas del presente estarán educados/as para una vida libre de todas las formas de violencias basadas en género.
Referencias bibliográficas
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Sarasola, Josemari, «Patrones culturales»; en Gizapedia, 20 octubre, 2022, /patron-cultural-definicion-concepto/. Recuperado en: https://gizapedia.org/patron-cultural-definicion-concepto