El proceso de movilidad humana en Venezuela ha adquirido relevancia mundial por el impacto social, económico y político que tiene en la región. En momentos de confinamiento obligatorio y de pérdida de los medios habituales de vida, la vulnerabilidad de las personas migrantes es todavía mayor, situación que preocupa no sólo por la cantidad de personas a las que afecta (5.202.270 a julio 2020 según datos de OIM) sino porque en algunos casos les lleva a tomar el camino del retorno ante la imposibilidad de subsistir en otros países. A la fecha, Migración Colombia contabiliza 81 mil retornos, razón por la cual se han tenido que implementar medidas de reingreso progresivo en las fronteras que representan grandes retos a la superación de riesgos tanto al contagio del virus como a mantener un acceso seguro y efectivo a bienes y servicios esenciales (salud, educación, agua, saneamiento e higiene, gas y protección) y asegurar condiciones de alojamiento dignas y seguras para las personas en movilidad.

Ante esta nueva realidad que significa la pandemia por la COVID-19, la ONU advierte que “es probable que la recesión económica a nivel mundial traiga consigo un fuerte aumento de las tasas de desempleo e incremente la trata transfronteriza de personas procedentes de países que experimentan caídas duraderas en el ámbito laboral. Una recuperación asimétrica de la próxima crisis económica mundial incrementará los riesgos de explotación de las personas con necesidades económicas que buscan una vida mejor en el extranjero. Esta circunstancia puede verse agravada en el caso de que la recesión económica se combine con una reglamentación de movilidad más estricta.”

Latinoamérica experimenta un incremento importante de trata de personas, como han reflejado los medios de comunicación, entre los cuales Mulier ha hecho un gran esfuerzo por monitorear la cantidad de víctimas venezolanas identificadas. Sin embargo, esta realidad no es exclusiva de Venezuela, por esta razón queremos tener una mirada más allá de nuestras fronteras para evidenciar la situación en Centro y Suramérica con representantes de estos países y compartir experiencias, así como buenas prácticas.

Frente a un panorama que parece intensificar el riesgo de las poblaciones vulnerables, es necesario discutir y promover acciones que nos permitan proteger a la población de este delito. Es por esto que Éxodo, en alianza con HIAS y Mulier, los invita a participar en el II Seminario “La Trata de Personas, más allá de nuestras fronteras” con ocasión de la conmemoración del Día Mundial contra la Trata de Personas.